Acabo de matarte para no tener que llevar adelante un duelo a largo plazo, prefiero el fracaso prematuro, la decepción de antemano. Para vueltas existe la calesita, la vida es una sola para montarse en el caballito y pasear una y otra vez por el mismo lugar con la esperanza de sacar esa sortija que nunca se alcanzara.
Acabo de asesinarte en mi presente para no tener que soportar tu cuerpo invadido de ausencias en mi futuro.
Acabo de manipular mi cerebro para que tu alma nunca se aparte de la mía, porque puesto a confesarte no pretendo olvidarte.
Acabo de matarte, de asesinarte, de manipular mi mente... una vez más.
¡ AVANTI !
Si te postran diez veces te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas ...
No han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
Se formaron los santos y las santas.
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se rompen las garras de la suerte ...
¡todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de la muerte!
Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)