Comienza tu día con una sonrisa, verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo.
Mafalda.

jueves, 28 de agosto de 2014

Soy un cronopio enamorado.


Y, por supuesto ¿Qué hace un cronopio encubierto cuando se enamora? 

Pierde un poco la cabeza, pero lo disimula. Lo anota en una libreta minuciosamente, luego olvida la libreta y lo anota en todas partes. No usa reloj, porque no lo entiende. Pero si usara y lo entendiera, olvidaría como usarlo. No corta margaritas pero se tienta. No compra rosas. Se las roba y las regala. No dibuja en libretas, pinta al oleo y se llama a sí mismo: artista.
Un cronopio encubierto jamás se enamora de una fama. Los cronopios encubiertos solo se enamoran de cronopios. Los famas son tentaciones pasajeras.
Cuando a un cronopio encubierto le rompen el corazón, bebe whisky salado sentado en algún barecito donde nadie lo conozca. Fuma tabaco caro. Y decide que prefiere ser fama.

— Historia de Cronopios y Famas, Julio Cortázar